martes, 4 de agosto de 2009

Inspiración

Inspiración momentanea, destino escrito. Pongo una hoja en blanco en la maquina y mi mente de forma mecánica la va rellenando con palabras. Letras moviendose entre mis dedos, mis articulaciones traquetean dejando pasar los sentimientos transformados en siluetas negras, como he dicho, letras. Veo que no tiene sentido, la furia emerge y borró lo anterior. Vuelvo a empezar, desde cero relleno de nuevo el papel blanco, hijo de la exasperación y primo del orgullo. Quiero escribir, pero las palabras no me salen, las pienso, me pongo música, me inspiro... pero nada. Mas no puedo desfallecer, porque mis dedos siguen moviendose como autómatas en un libro de ciencia ficción. Escriben solos sin que mi mente piense, tienen alma propia, vida. Redacto y leo a la vez, me gusta, esta vez sí. La coordinación es importante, pero siempre se necesita una subordinación en forma de yuxtaposición para seguir. La subordinación de mis dedos a mis ordenes, porque si no, escribir adquiere un caracter de locura del que quiero prescindir.
Sí, desobedezco los cánones establecidos.
¿Guión?, ¿para que?, la inspiración es una arma aun mas potente de lo que creemos, ya que nos guia como queremos, nos mueve y nos evita percances. Escribe al momento, escribe rápido, da igual que te equivoques, tu escribe, remarca tus sentimientos de formas curiosas y siente las palabras fluir por tus nervios y venas como impulsos que te hacen mover. Cambio de estilo, ese es el mio.

Los textos cambian con el tiempo, los estilos son mutables, pero la inspiración momentanea es perdurable. Por eso, porque todo cambia y todo sigue igual, esta ambiguedad equilibrante es lo que produce la embriaguéz del gesto de la escritura que da tanto placer. Peleaos entre fuegos fatuos, mataos con cosas que no vemos, degollaros con plumas, pero yo seguiré escribiendo y describiendo el mundo que me rodea entre textos sin sentido ni argumento. Porque soy así, la inspiración como guia y la pluma como bandera, libros tal qual vehiculos; todo esto me transportara a un mundo de magia, fantasioso talvez, pero al fin y al cabo mi propio mundo.

Todo son ideas en un caos, que aparecen a la vez, el escritor normal las ordena creando obra, yo simple y llanamente les transcribo tal qual. El caos tambien puede ser bello.