De repente una voz me hizo reaccionar, una voz que provenia del interior de mi mente, de lo mas hondo y recognito de ella. Una voz oscura y siniestra que decia una palabra, nada más: "Ragnarok". El fin de los dias nordico.
Porque a mi, posiblemente el único superviviente de tal crudo destino, porque a alguien tan normal se le habia dejado con vida, ¿como castigo?,¿como esperanza?, ¿como un cruel juego divino, si es que existe alguna divinidad?; no lo se.
Avanzo por una calle hecha solo de gravilla roja, con la mirada perdida en un horizonte de llamas, pronto apagadas por el hundimiento de este en la infinidad de un cielo negro. Oscuridad por todo, nada ni nadie andando mas que yo. Entonces, lo veo, una cosa verde, saliendo timidamente del suelo, iluminada por la única brecha en el cielo, y regada por las ultimas gotas de agua que quedan en la faz de la Tierra. Ahí esta, la última planta, la última esperanza de vida que mis ojos han visto antes de que mi cuerpo se descompusiera en terribles colapsos, rompiendolo en miles de pedazos y triturarlos. Ya se cual a sido mi destino: morir. Morir para que una planta se alimente de mi y resurja de una tierra, ahora en cenizas, y haga que la esperanza renazca y se repoble poco a poco la que en su dia fue la casa de todos. Porque nosotros desparezeremos y posiblemente casi todo con nosotros, pero la vida vivira por siempre, nunca terminara y siempre seremos la base de ella y no superior a ella. Nuestro destino a la larga es preservarla por encima de todas las cosa, y no destruirla como en nuestros ojos se ha gravado, en el Ragnarok que es la época actual.
Mensaje anonimo de algún momento futuro, a lo mejor no muy lejano.
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