miércoles, 23 de julio de 2008

Eran las diez de la noche... (I)

Eran las diez de la noche y ya estaba durmiendo. El dia habia sido muy largo y ahora lo único que queria era descansar. Esta mañana me he levantado muy pronto para llegar a casa de mi abuela en el centro de Barcelona y encontrarme con mis tias. Teniamos planeado ir a comprar los regalos de Navidad, fecha para la qual faltaba aun un mes, pero queriamos asegurarnos de tener los regalos que podian faltar más adelante. Una vez llegue allí me pase toda la mañana de un lado hacia otro parando solo una hora para comer un bocata en un bar cualquiera y seguir con las compras. Terminamos sobre las 6 de la tarde y entonces me volví a casa con mis padres en Molins de Rei. Allí vivo con mis padres y mi hermano menor. Me presento, soy Cristian un chico de 16 años, alto, moreno y con ojos verdes; dicen de mi que soy algo atractivo aun teniendo algo de barriga. Como decía antes, en estos momentos estoy durmiendo tranquilamente, o al menos intentandolo, cuando de pronto siento que se enciende una luz cerca de mí. Pienso que es mi madre que me viene a despertar, asi que abro los ojos y cual es mi sopresa el encontrarme de repente en una sala que no habia visto nunca y que menos aun me sonaba. Confundido giro la cabeza de un lado a otro intentando averiguar donde estoy, hasta que esta empieza a despertarse y me doy cuenta que es un camarote de tren, o al menos eso intuia, ya que se parecia a los camarotes que habia visto en algunas peliculas. Estoy tumbado en una cama de las que hay en el y observando lo que me rodea reconozco mi maleta, bajo de la cama, y... Oh! sorpresa, llevo ropa de calle puesta, ¿donde esta mi pijama? es la primera pregunta que pasa por mi cabeza mientras abro la maleta y lo encuentro justo encima del resto de ropa que hay en ella, ademas de un sobre cerrado. Suponiendo que ese sobre contendria algo de información para mi lo abro, pero lo único que encuentro son billetes de euro, unos 300€ aproximadamente. Ahi la cosa ya empieza a ser demasiado extraña para mi, asi que guardo el sobre, cierro la maleta y me siento en la cama en estado de shock.


Continuara...

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